"El secreto del éxito es la constancia en el propósito."

BENJAMIN DISRAELI

Hablemos de convertirse en un estudiante atleta. ¿Por qué todo este sacrificio e inversión de tiempo y dinero?

Simple: ¡porque es la experiencia de vida más fantástica que existe!

Como atleta, ingeniera, profesora universitaria, pero también hija, esposa y madre, convertirse en estudiante-atleta en una universidad estadounidense fue algo único, especial e inolvidable.

Seguramente no es fácil desde ningún punto de vista, pero ciertamente es una experiencia que permanecerá para siempre en mi corazón.

Ya somos estudiantes-atletas desde que comenzamos a hacer deporte, porque claramente ya estamos estudiando. En muchos casos se empienza en la escuela primaria o a más tardar en la secundaria a enamorarse de un deporte al que, una vez convertimos en deportistas federados, le dedicamos aún más tiempo que a nuestra familia, a nuestros amigos y hoy en día... hasta más tiempo que a las redes sociales.

Renunciamos a fiestas y viajes, dormimos menos horas y estudiamos en los autobuses, en el automóvil o entre un partido y otro de un torneo, pero nada de esto se considera un problema y en muchos casos ni siquiera un sacrificio porque la pasión por el deporte supera todos estos obstáculos hasta el punto de convertirlos en madera que alimenta el fuego de esta pasión.

A un cierto punto, sin embargo, ya no estamos "obligados" a estudiar y podemos "elegir" convertirnos en solo estudiantes, solo atletas o estudiantes-atletas en un número infinito de formas diferentes en miles de lugares del mundo. Tengo amigos que han logrado obtener títulos muy exigentes como abogacía mientras jugaban en la serie A1 y A2 de voleibol femenino y masculino en Italia, otros que decidieron pasar a una categoría deportiva más baja para poder terminar el curso de medicina y aquellos que se dieron por vencidos y dejaron completamente la idea de ir a la universidad. Algunos porque esperaban convertirse en verdaderos jugadores profesionales en su deporte, otros porque no se consideraban lo suficientemente buenos (en general, por ellos mismos).

Desafortunadamente, de estos últimos deportistas competitivos que dejan de hacer deporte para estudiar, se sienten muchos casos y, sobre todo, a niveles competitivos medios y no remunerados. En particular para ellos, convertirse en un estudiante-atleta en los Estados Unidos es una posibilidad que generalmente se subestima o no se evalúa en absoluto pensando que no es accesible a sus perfiles. En algunos casos es cierto, pero en muchos otros los requisitos deportivos para formar parte de un equipo (y también tener la posibilidad de obtener becas por mérito deportivo) están más a la mano de lo que se piensa. En particular para el voleibol y el fútbol femenino, pero también para el masculino de en ambos deportes donde los italianos y sudamericanos son bastante buenos en relación con sus contrapartes estadounidenses. Otros deportes como el atletismo, el esquí y el waterpolo tienen también muchas posibilidades en las universidades estadounidenses.

Ciertamente no es para todos. Hay quienes tienen miedo de extrañar a su familia y amigos, de no poder adaptarse a la cultura ... pero para quienes tienen el coraje y no quieren dejar pasar el tren (sí ... porque solo hasta 5 años después de la graduación existe la posibilidad de convertirte en un student-athlete en los EE. UU.), tienen que intentarlo.

En Estados Unidos, los padres gastan una cantidad de dinero inimaginable para que sus hijos sean lo suficientemente buenos en un deporte y para poder obtener becas por mérito deportivo dado el alto costo de los gastos universitarios, pero en muchos otros países del mundo, como Italia y gran parte de Europa y América Latina y del Sur, los costos de clubes no son prohibitivos y una gran parte de la población consigue practicar deportes competitivos a un buen nivel.

Hablamos del futuro, hablamos de experiencias, de descubrirnos a nosotros mismos ... de oportunidades que no debemos dejar pasar.