"Ser o no ser, esa es la cuestión."
William Shakespeare - Hamlet
Siguiendo con el artículo del mes pasado, se me ocurrieron tantas diferentes formas en que nosotros, los seres humanos, tratamos de identificarnos en este mundo.
Los alumni (ex-alumnos) de los que hablamos antes son, sin lugar a dudas, una forma interesante de mantenernos conectados con una parte de nuestra vida universitaria, pero hay muchas otras formas, especialmente las que se ofrecen durante los años universitarios, en las que podemos sentirnos parte de algo más grande que nosotros.
Me pasó durante mi primer año de universidad en Estados Unidos que llamaron a la puerta de mi dormitorio y me preguntaron si quería ser parte de una sorority (hermandad de mujeres). Las miré con ojos bien abiertos y respondí que, honestamente no sabía qué era. Me explicaron brevemente que una sorority es una organización social para mujeres (la contraparte masculina es una fraternity o hermandad) y que hacen muchas actividades sociales y comunitarias juntas.
Parecía muy interesante pero no pensé que tendría tiempo para ser parte ya que, además de las clases y estudiar, el entrenamiento de voleibol, las reuniones, la fisioterapia, los viajes a las competiciones y los mismos partidos, ocupaban la mayor parte de mi día, incluidos los fines de semana.
Esto me hizo dar cuenta de que ya formaba parte de un "club solo para mujeres", ya que pertenecer a un equipo deportivo es mucho más que entrenar y jugar juntas. Especialmente en los Estados Unidos, los equipos van a las comunidades y ayudan a los niños, a las escuelas, a los hospitales y mucho más! Organizan momentos de socialización fuera del campo y celebran los éxitos del grupo y de sus miembros.
Sin embargo tenía bastante curiosidad sobre el tema e investigué un poco más sobre las sororities (y fraternities) y aprendí algunas cosas interesantes: una de las cuales fue de dónde viene el nombre, o sea de la palabra soror, hermana en latín. Parece que en 1882, las mujeres Gamma Phi Beta de la Universidad de Syracuse comenzaron a llamarse a sí mismas una sorority por sugerencia de su tutor, un profesor de latín que pensó que la palabra era más adecuada para ellas".* que el término "fraternidades femeninas", como se llamaban entonces, debo añadir.
Somos seres humanos, y en particular durante los años de adolescentes y jóvenes adultos, queremos pertenecer, ser parte de algo más grande que nosotros y encontrar personas que compartan las mismas pasiones e ideas para poder identificarnos con un grupo y desarrollar nuestro carácter e identidad.
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