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"Si le hablas a un hombre en un idioma que entiende, le llegará a la cabeza. Si le hablas en su idioma, le llegará a su corazón."

NELSON MANDELA




 

Vivir en el mundo de hoy significa comprender las culturas, al menos lo suficiente, como para poder estudiar, trabajar y socializar en un contexto que está cambiando a paso acelerado y que a la mayor parte de las personas les cuesta seguir el ritmo.

Mi experiencia personal mientras estaba en la universidad en los EE. UU. me enseñó varias lecciones que realmente me abrieron los ojos al mundo global que nos toca vivir.

Dado que la George Mason University es una universidad muy internacional, mi primer año como estudiante-deportista de voleibol me confirmó que me estaba preparando para vivir una experiencia completamente global. Las seis jugadoras que conforman el equipo titular de vóley eran: una estadounidense, una brasileña, una canadiense, una puertorriqueña, una escocesa y yo (una argentina).

Como equipo de voleibol, pudimos encontrar puntos en común y poner nuestras diferencias a trabajar por el bien del equipo, no sin muchos obstáculos que superar.

Sin embargo, la experiencia más significativa con respecto a la comprensión de otras culturas mientras estaba en la universidad, llegó durante mi último año. El proyecto final de diseño para mi clase de Ingeniería de sistemas era un proyecto grupal sobre vehículos aéreos no tripulados, conocido como UAV (Unmaned Aerial Vehicles), y fui elegida para ser una de los 5 líderes de grupo y conformar un equipo con el que trabajar durante todo un año .

Una vez más, mi equipo terminó siendo bastante diverso: todos hombres excepto yo y todos criados en los EE. UU. aunque Bret era el único 100% estadounidense y si mi memoria no me abandona en este momento, José tenía raíces en Perú, y Chris también de algún lugar de América Central, mientras que Amir era musulmán y respetaba profundamente su religión.

Fue una gran sorpresa para mí en ese entonces cuando, después de ganar dos de los concursos de diseño senior más importantes en UVA y West Point, nuestro equipo fue reconocido con un premio al frente de la clase y cuando iba a darle la mano a Amir, él dio un paso atrás y me dijo que su religión no le permitiría estrechar mi mano ya que yo era mujer.

Por supuesto que me sorprendió por un tiempo (y honestamente todavía estoy sorprendida) de cómo ciertas culturas difieren tanto de la mía.

Creo, sin embargo, que estas diferencias son las que hacen de este mundo un lugar tan asombroso y nunca dejaré de preguntarme qué más hay por ahí para descubrir. Mientras encuentras su camino por el mundo y prueban nuevos modos de abrir sus horizontes, recuerden mantener también la mente abierta y prepararse para el desafío global.

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Publishing date
2 años 8 meses ago

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